martes, 28 de octubre de 2014

Constantino el Grande

El 28 de octubre del año 312 se produjo la Batalla del Puente Milvio, en las afueras de Roma, una batalla decisiva pues pocos meses más tarde el Emperador Constantino I, junto a su colega Licinio, publicó el Edicto de Milán por el cual la religión cristiana podía practicarse libremente en el Imperio Romano.

Dibujo de la Batalla del Puente Milvio

Entre el año 235 D.C. y el año 284 D.C. el Imperio Romano sufrió una profunda crisis, emperadores rivales guerreaban entre si para alcanzar el poder supremo, un poder que solo duraba unos meses, como mucho unos pocos años, hasta que aparecía otro rival o simplemente eran asesinados. Los enemigos externos, germanos, godos, sármatas y persas, aprovecharon la situación y continuamente violaban las fronteras. A mediados del siglo III el imperio estuvo a punto de caer, dividido entre dos emperadores rivales y además el reino de Palmira, con su reína Zenobia, que ocupaba la mayor parte del oriente romano. Y más allá del "limes" todos los enemigos que aprovechaban el caótico estado del Imperio Romano para invadir sus territorios.

El Imperio Romano a mediados del siglo III

En el año 285 D.C. subió al poder un nuevo emperador, Diocleciano. Nació en la actual Croacia en el año 245 D.C. y se distinguió como un buen militar, tal como habían sido los anteriores emperadores y nada permitía suponer que duraría mucho en el trono.

Busto de Diocleciano

Sin embargo estaba determinado a conservar el poder, para ello hizo una serie de reformas. Siendo consciente de que las fronteras eran muy largas escogió a un colega, Maximiano, que gobernó la mitad occidental del imperio mientras Diocleciano gobernó la mitad oriental, ambos con el título de Augusto. Cada uno de ellos escogió a un ayudante que recibió el título de César, fueron Constacio en occidente y Galerio en oriente, estos gobernaban también una parte del imperio aunque subordinados a sus respectivos augustos y que a los 20 años les sucederían como augustos. Además introdujo un ceremonial muy elaborado, propio de un monarca absoluto, separo el poder civil del militar y muchas más reformas. Todas estas reformas buscaban dificultar las rebeliones y golpes de estado, reformas necesarias pero que acabaron con los últimos vestigios de la República Romana.

El Imperio Romano tras las reformas de Diocleciano.

En el año 305 D.C. Diocleciano y Maximiano abdican (este último forzado por su colega) y Galerio en oriente y Constancio en Occidente, toman el título de Augusto nombrando césares a Severo y a Maxímino. Sin embargo Constancio tenía un hijo de su concubina Elena, Constantino, el cual fue proclamado Augusto por sus tropas cuando su padre murió en Eboracum (la actual ciudad de York en Inglaterra) en el año 306 D.C.

Estatua de Constantino el Grande erigida a finales del siglo XX junto a la Catedral de York

Naturalmente las cosas no fueron sencillas, en el año 307 había nada menos que cinco emperadores rivalizando entre si. Fueron años de guerra pero Constantino se alió con Licinio y luego fue derrotando a sus rivales en occidente. El principal de ellos era Majencio, un feroz perseguidor de los cristianos, a el se enfrento Constantino, con un ejercito mucho menos numeroso. Cuenta la leyenda que Constantino tuvo una visión el día antes de la batalla y por la noche un sueño en el que Dios le ordeno pintar un símbolo en los escudos de sus soldados, este mismo símbolo aparece en el reverso de muchas de las monedas romanas del siglo IV D.C.


Moneda romana de plata del siglo IV D.C.

La leyenda cuenta que Constantino, inspirado por este sueño o visión, ordeno a sus soldados pintar ese símbolo en sus escudos y el 28 de octubre del año 312 D.C. las fuerzas de Constantino vencieron al ejercito de Majencio en la decisiva Batalla del Puente Milvio.


Fotografía del Puente Milvio en Roma

Las consecuencias de esta victoria, aparte de quedar Constantino como amo del Imperio Romano de Occidente fueron el fin de la persecución a la que estaban sujetos los cristianos. Esto se materializo en el Edicto de Milan, en el año 313 D.C., firmado conjuntamente por Constantino, Emperador de Occidente, y Licinio, Emperador de Oriente, por el que se establecía la total libertad religiosa en todo el Imperio Romano. Tras su gran victoria Constantino mando erigir un monumental arco de triunfo en el Foro de Roma en el año 315 D.C.

Fotografía del arco de Constantino en el Foro Romano, a la derecha puede verse el Coliseo

Sin embargo no todo estaba resuelto, habían dos emperadores y cada uno de ellos estaba dispuesto a convertirse en el único amo del Imperio Romano. Comenzó otro periodo de guerras en el que finalmente Constantino venció a su rival Licinio en el año 323 D.C. quedando como único emperador. Tras su victoria reconstruyó la ciudad de Bizancio convirtiéndola en la capital del Imperio Romano con el nombre de "Nueva Roma" aunque pronto se la conoció como "Constantinopolis", la "Ciudad de Constantino", Constantinopla. En su foro había una alta columna con una estatua ecuestre de Constantino.

Imagen de Constantinopla en su época de máximo esplendor, a la izquierda la columna de Constantino

Continuo el plan reformista de Diocleciano, una de sus reformas más discutidas fue la que hizo en el ejercito. Hasta entonces la mayor parte del ejercito romano había estado situado en las fronteras, durante dos siglos esta potente fuerza militar detuvo la mayor parte de las incursiones de los enemigos extranjeros. Durante la crisis del siglo III, con emperadores luchando entre si, las fronteras quedaron descuidadas y se produjeron continuas invasiones de enemigos exteriores, dado que no había una reserva central estas invasiones podían tener éxito. Constantino retiró parte de las fuerzas de la frontera, las mejores tropas, constituyendo un ejercito móvil central de 100000 a 150000 soldados.

Muchos especialistas militares, influidos por las modernas tácticas, alaban ese cambio, sin embargo muchos otros, con los cuales me muestro de acuerdo, lo reprueban. En una época en que no habían medios de locomoción mecanizados un ejercito móvil central habría tardado un mes en llegar a, por ejemplo, el bajo Danubio amenazado por los godos, los cuales habrían traspasado fácilmente la frontera débilmente defendida por  unas tropas que serían meros actores secundarios al lado de las fuerzas de élite del ejercito central, especialmente teniendo en cuenta que su armamento era más ligero, por lo general no llevaban coraza, al contrario que los del ejercito central que iban bien protegidos.


Legionarios romanos del siglo IV

En realidad las consideraciones militares no tuvieron nada que ver con ese cambio de estrategia. Las motivaciones fueron políticas, disminuyó el poder militar de los gobernadores de las provincias fronterizas aumentando el poder militar del emperador que contaba con las mejores tropas, eso dificultaba  posibles rebeliones.

Murió el 22 de mayo del año 337 D.C. y en su lecho de muerte se convirtió al cristianismo, seguramente debió pensar "más vale prevenir que curar". En su testamento repartió el Imperio Romano entre sus tres hijos: Constantino, Constancio y Constante, los cuales no tardaron mucho en luchar entre si hasta que al final quedo Constancio como único emperador. A Constancio le sucedió su primo Juliano, conocido como "El Apostata", pero esa ya es otra historia.

El Imperio Romano a la muerte de Constantino el Grande

Dejo unos cuantos enlaces interesantes.

Una biografía de Diocleciano, el gran reformador del Imperio Romano.

Un detallado artículo sobre las reformas que hizo Diocleciano.

Una buena biografía de Constantino, que afianzó esas reformas.

Un buen documental sobre Constantino el Grande.

Un completo artículo sobre la decisiva Batalla del Puente Milvio.

Un corto pero interesante documental de la Batalla del Puente Milvio.

Otro corto documental sobre el arco triunfal de Constantino conmemorando su victoria.

Por último un excelente docudrama dedicado a la gran figura de Constantino. La ambientación es perfecta, basta con ver los uniformes de los soldados romanos, los típicos de principios del siglo IV D.C.

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